lunes, 22 de agosto de 2011

CAPÍTULO 1.


CAPÍTULO 1.
No sé muy bien cuanto tiempo hace que le conozco. ¿Cómo unos… 12 años? Sí, probablemente, nos conocemos desde los 5 años, más o menos. Él siempre ha sido un chico al que le encanta llamar la atención de la gente, en especial a la de las chicas. Cuando quiere es el chico más dulce del mundo, pero a veces es como… como una pesadilla. A veces se hace muy odiosa una persona creidilla. Así que yo nunca me he fijado en él. Sí que es verdad que era uno de los más monos de la clase. Pero no era el chico de mis ojos, solo era uno de mis mejores amigos, uno más y ya está.

Lo siento, no me he presentado, que vergüenza. Cuando me pongo a hablar de algo… No pienso en nada más y me alargo mucho. Pero soy como soy. 

Me llamo Claire y tengo 17 años. Mi aspecto exterior… Pues bueno, soy rubia, tengo el pelo largo y liso, los ojos verdes, soy delgada y alta. Ya está, bueno, no sé. Yo misma no sé autodefinirme a la perfección. La gran mayoría dice que soy una chica muy guapa. Pero si os soy sincera, yo creo que necesitan gafas o algo por el estilo, por qué yo no soy para nada guapa, o al menos, eso creo yo. En cuanto a forma de ser, pues veréis, soy una chica dulce, alegre, perfeccionista… Pero tengo un gran defecto, soy muy muy tímida. Bueno, defecto dependiendo del punto de vista en que lo miras. ¿No?

Vale, lo siento ahora me estaba enrollando demasiado con esto. Sigo con lo que os contaba. Lo que decía es que Justin nunca ha sido para mí un chico súper perfecto, me cae genial y éramos muy amigos, pero ya está. ¡Ups, lo siento! Me llama mi madre, tengo que ir al instituto. 

-¿Dónde estarán las llaves? No las encuentro por ningún lado, no sé dónde las habré metido esta vez. -

Mi madre ya está con lo suyo, siempre pierde las llaves del coche. Y después dice de mí, dice que pierdo las cosas, pero claro como soy su hija, no puedo decirle lo mismo de ella, no puedo decirle que es ELLA la que lo pierde todo. En fin… Las llaves están donde siempre, en el baño. Ya se las traeré yo. 

-Mamá, aquí las tienes, te las has dejado en el baño. Como siempre.- Sí, lo último lo he dicho con un tono de voz muy flojo, es que si me oye… ¡Quien sabe lo que me haría! Quiero mucho a mi madre y es encantadora, cuando quiere, pero se enfada demasiado rápido y cuando se enfada da mucho miedo, es peor que la niña de ‘The Ring’, esa tan fea con esos pelos tan asquerosos. Me apuesto lo que sea a que tiene las puntas abiertas, se le ve el pelo súper cascado, le iría bien algo de mascarilla de ‘Pantene Pro-V’ o de ‘Garnier Fructis Hidra Liso’. Sí, este último es el que necesita, y además yo la maquillaría con un poco de rímel, le haría la manicura y la pedicura, un poco de perfume de Chanel y seguro que estaría guapa y todo. ¿Pero qué digo? Tengo que reconocer que a veces se me va un poquitín la pinza, pero así soy feliz.

-Abróchate el cinturón.- Mi madre tan pesada como siempre. O sea, con que me lo diga una vez en mi vida ya no hace falta que lo repita más. Qué pesada, Dios.
-Sí, mamá…-

Que rollo, tardo 20 minutos en llegar al instituto, está un poco lejos, por qué antes vivíamos en otra casa, pero no me acuerdo muy bien por qué motivo nos trasladamos. No escucho a mis padres cuando me hablan. Aunque más que a mis padres… a mi madre. Mi padre siempre está de viaje por ahí y nunca está en casa. A veces le echo de menos, pero te vas acostumbrando, es la suerte del ser humano. Siempre te acostumbras a todo.
 Espera… ¿Y mi ipod? ¡Mierda! Me lo he dejado en casa. ¿Cuánto llevamos de trayecto? 3 minutos. Búf, menos mal. Ahora espero que mi madre vuelva a casa a por mi ipod, yo sin mi música no soy nada.

-Mamá. ¿Podemos volver un momento a casa?- Creo que voy a soltar alguna trola, sino no me dejará volver. 
-¿Cómo? ¿Por qué, Claire?-

¿Y ahora que me invento? Oh espera. ¡Ya sé!

-Es que… verás, me he dejado la libreta de… matemáticas. Sí, eso la libreta de matemáticas, y tengo esta asignatura a primera hora y teníamos unos ejercicios para hacer… si no los llevo hechos el profesor Smith me va a matar. -
-Bueno vale… Pero no me lo vuelvas a hacer más. La próxima vez no volveré a casa, es cosa tuya acordarte de tus tareas de clase.-
-Sí mamá…- ¡toma! Se lo ha tragado. Menos mal. Tenía un 80% de probabilidades de que me descubriera. Pero no. Soy más lista que ella. A ver, mis llaves de casa… Aquí están. ¿Y si me quedo en casa y no voy al insti? No estría mal. Vale, no. Es mi obligación, voy a ir corriendo que sino llegaré tarde y no quiero. Mi ipod… Mi ipod… ¿Dónde lo he metido? ¡Oh que susto! Pensaba que lo había perdido, aquí está, encima de mi escritorio, aunque algo amagado. 
Hoy no tengo matemáticas y si mi madre me ve llegar al coche sin la libreta se va a enfadar. Mejor cogeré la libreta. 

Sí, tengo 17 años y le sigo teniendo miedo a mi madre, creo que esto nunca se va. Y os preguntaréis por qué no voy yo sola con mi coche al instituto. Pues por qué soy tan gafe que se me ha escacharrado. Algo en el motor, no sé muy bien que le ha pasado, pero en unos días lo tendré. Por fin, mi coche.

-Ya está mamá. Gracias por llevarme otra vez hasta casa. Muá.- Un besito en la mejilla de tu madre siempre ayuda. Sí, tenía razón, ¡Ha sonreído! Y mira que es difícil hacer sonreír a esta mujer de buena mañana… Bueno pues ahora sí, me pongo los cascos y al instituto. ¡Bien! Me muero de ganas de llegar y estudiar literatura, historia y bla bla bla… Sí, lo sé. Soy muy sarcástica. Anda música, por favor, ayuda a que mi trayecto hacia el infierno sea más ameno.
CAPÍTULO 1.
No sé muy bien cuanto tiempo hace que le conozco. ¿Cómo unos… 12 años? Sí, probablemente, nos conocemos desde los 5 años, más o menos. Él siempre ha sido un chico al que le encanta llamar la atención de la gente, en especial a la de las chicas. Cuando quiere es el chico más dulce del mundo, pero a veces es como… como una pesadilla. A veces se hace muy odiosa una persona creidilla. Así que yo nunca me he fijado en él. Sí que es verdad que era uno de los más monos de la clase. Pero no era el chico de mis ojos, solo era uno de mis mejores amigos, uno más y ya está.

Lo siento, no me he presentado, que vergüenza. Cuando me pongo a hablar de algo… No pienso en nada más y me alargo mucho. Pero soy como soy.

Me llamo Claire y tengo 17 años. Mi aspecto exterior… Pues bueno, soy rubia, tengo el pelo largo y liso, los ojos verdes, soy delgada y alta. Ya está, bueno, no sé. Yo misma no sé autodefinirme a la perfección. La gran mayoría dice que soy una chica muy guapa. Pero si os soy sincera, yo creo que necesitan gafas o algo por el estilo, por qué yo no soy para nada guapa, o al menos, eso creo yo. En cuanto a forma de ser, pues veréis, soy una chica dulce, alegre, perfeccionista… Pero tengo un gran defecto, soy muy muy tímida. Bueno, defecto dependiendo del punto de vista en que lo miras. ¿No?

Vale, lo siento ahora me estaba enrollando demasiado con esto. Sigo con lo que os contaba. Lo que decía es que Justin nunca ha sido para mí un chico súper perfecto, me cae genial y éramos muy amigos, pero ya está. ¡Ups, lo siento! Me llama mi madre, tengo que ir al instituto.

-¿Dónde estarán las llaves? No las encuentro por ningún lado, no sé dónde las habré metido esta vez. -

Mi madre ya está con lo suyo, siempre pierde las llaves del coche. Y después dice de mí, dice que pierdo las cosas, pero claro como soy su hija, no puedo decirle lo mismo de ella, no puedo decirle que es ELLA la que lo pierde todo. En fin… Las llaves están donde siempre, en el baño. Ya se las traeré yo.

-Mamá, aquí las tienes, te las has dejado en el baño. Como siempre.- Sí, lo último lo he dicho con un tono de voz muy flojo, es que si me oye… ¡Quien sabe lo que me haría! Quiero mucho a mi madre y es encantadora, cuando quiere, pero se enfada demasiado rápido y cuando se enfada da mucho miedo, es peor que la niña de ‘The Ring’, esa tan fea con esos pelos tan asquerosos. Me apuesto lo que sea a que tiene las puntas abiertas, se le ve el pelo súper cascado, le iría bien algo de mascarilla de ‘Pantene Pro-V’ o de ‘Garnier Fructis Hidra Liso’. Sí, este último es el que necesita, y además yo la maquillaría con un poco de rímel, le haría la manicura y la pedicura, un poco de perfume de Chanel y seguro que estaría guapa y todo. ¿Pero qué digo? Tengo que reconocer que a veces se me va un poquitín la pinza, pero así soy feliz.

-Abróchate el cinturón.- Mi madre tan pesada como siempre. O sea, con que me lo diga una vez en mi vida ya no hace falta que lo repita más. Qué pesada, Dios.
-Sí, mamá…-

Que rollo, tardo 20 minutos en llegar al instituto, está un poco lejos, por qué antes vivíamos en otra casa, pero no me acuerdo muy bien por qué motivo nos trasladamos. No escucho a mis padres cuando me hablan. Aunque más que a mis padres… a mi madre. Mi padre siempre está de viaje por ahí y nunca está en casa. A veces le echo de menos, pero te vas acostumbrando, es la suerte del ser humano. Siempre te acostumbras a todo.
Espera… ¿Y mi ipod? ¡Mierda! Me lo he dejado en casa. ¿Cuánto llevamos de trayecto? 3 minutos. Búf, menos mal. Ahora espero que mi madre vuelva a casa a por mi ipod, yo sin mi música no soy nada.

-Mamá. ¿Podemos volver un momento a casa?- Creo que voy a soltar alguna trola, sino no me dejará volver.
-¿Cómo? ¿Por qué, Claire?-

¿Y ahora que me invento? Oh espera. ¡Ya sé!

-Es que… verás, me he dejado la libreta de… matemáticas. Sí, eso la libreta de matemáticas, y tengo esta asignatura a primera hora y teníamos unos ejercicios para hacer… si no los llevo hechos el profesor Smith me va a matar. -
-Bueno vale… Pero no me lo vuelvas a hacer más. La próxima vez no volveré a casa, es cosa tuya acordarte de tus tareas de clase.-
-Sí mamá…- ¡toma! Se lo ha tragado. Menos mal. Tenía un 80% de probabilidades de que me descubriera. Pero no. Soy más lista que ella. A ver, mis llaves de casa… Aquí están. ¿Y si me quedo en casa y no voy al insti? No estría mal. Vale, no. Es mi obligación, voy a ir corriendo que sino llegaré tarde y no quiero. Mi ipod… Mi ipod… ¿Dónde lo he metido? ¡Oh que susto! Pensaba que lo había perdido, aquí está, encima de mi escritorio, aunque algo amagado.
Hoy no tengo matemáticas y si mi madre me ve llegar al coche sin la libreta se va a enfadar. Mejor cogeré la libreta.

Sí, tengo 17 años y le sigo teniendo miedo a mi madre, creo que esto nunca se va. Y os preguntaréis por qué no voy yo sola con mi coche al instituto. Pues por qué soy tan gafe que se me ha escacharrado. Algo en el motor, no sé muy bien que le ha pasado, pero en unos días lo tendré. Por fin, mi coche.

-Ya está mamá. Gracias por llevarme otra vez hasta casa. Muá.- Un besito en la mejilla de tu madre siempre ayuda. Sí, tenía razón, ¡Ha sonreído! Y mira que es difícil hacer sonreír a esta mujer de buena mañana… Bueno pues ahora sí, me pongo los cascos y al instituto. ¡Bien! Me muero de ganas de llegar y estudiar literatura, historia y bla bla bla… Sí, lo sé. Soy muy sarcástica. Anda música, por favor, ayuda a que mi trayecto hacia el infierno sea más ameno
.